viernes, 14 de febrero de 2014

"Mujeres" CARMELA SILVA

Hay una mujer que vive
que va caminando por la vida,
pasea el mundo con un vestido
azul con margaritas blancas.



Hay una mujer que vive
y busca las cosas bellas.
Crea música y poemas,
Hay una mujer que siente.

 

Otra mujer estrecha dolores
con sus manos suaves y duras.
Alivia problemas con mariposas
y quema luciérnagas en la noche.



Una mujer baila con la brisa,
abre sus brazos ondulantes,
menea su cuerpo en el aire
y pinta con su pelo cascabeles.


Alguna besa con el alma,
abraza con sus piernas,
llena de diamantes las cabezas
y amasa con sus pechos corazones.


Una mujer aprende a vivir,
sueña con ilusiones,
anida en un mundo rosa,
 cuyas casas están abiertas al mundo.

 

Hay una mujer que amanece temprano,
que camina decidida, segura
de que puede ayudar al mundo
y deja su empeño en ello.


Hay una mujer mimosa,
que busca caricias de flores,
que grita amapolas del alma
y quiere arrumacos de gata.


Otra mujer se confunde
y busca y sigue
y se equivoca... Se levanta,
sigue y se equivoca.


Una mujer piensa, reflexiona,
rebusca en los cajones de su mente,
inventa lo necesario,
provoca el avance del mundo.

 

Una mujer cura, protege y sana.
Se olvida de sí misma,
se dedica a la vida,
esta es su alimento. 
 

Hay una mujer que enseña,
que acumula conocimientos
y viene a dárnoslos
generosa, cuidadora.


Hay una mujer que sufre
que no tiene amor y
que maldice en vela
a las madrugadas.

 

Otra mujer huye de su amor
tiene miedo, escupe la vida,
se rasca sus canas,
amarga la fiebre de su alma.


Una mujer se pregunta
por qué sólo los niños
estudian. Se niega,
se arriesga. Malala.


Otra mujer se sienta a ver pasar
la vida, no hace nada,
sonríe tranquila, no hace nada.
Observa. Medita. Espera.


Hay una mujer que escucha
el desgarro de las palabras
de los otros... y sólo respira
el silencio en su mirada.


Hay una mujer en bici que
recorre carriles, para, se agacha,
huele la lavanda. Mira tranquila
al horizonte y respira nostalgia.


Hay una mujer fuerte que pelea,
toma ladrillos de roca, les unta
cemento de dureza y construye 
una enorme fortaleza de hierro.


Hay una mujer que alimenta
el cuerpo y el alma con
pucheros y manzanas
y patatas y mermeladas.



Otra mujer camina 
al lado de un hombre, lo valora,
se sabe igual que él. Él es su amigo, 
un compañero en este mundo loco.



Una mujer juega, salta por
los aires, cuenta misteriosas
historias, da volteretas 
en el campo, vuela cometas.

 

Hay una mujer que me mira.
Tiene ojos profundos, intensos,
y amor en sus pestañas.
Su frente parece amarga.
Me mira. De pronto sonríe.
Brilla entonces la flor
que prende del alma.
Yo me pierdo en sus ojos
¡Cómo me gusta mirarla!

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