Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
Acaso fue porque
la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin
ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.
Me
penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.
Ella
fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
JOSÉ
ÁNGEL BUESA
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